FE Y PAZ, un camino a construir
Una lectura al Ev. San Juan 20:19-29.
Más allá de interpretar el texto del Ev. de Juan literalmente, les invito a que reflexionemos sobre el mensaje que éste nos deja. ¿Qué estaba sucediendo?, ¿Cómo se estaban sintiendo la comunidad que seguía a Jesús? Y ¿Por qué Jesús tuvo que presentarse ante los discípulos y no ante sus agresores?... Creo yo, hubiera sido alegre que Jesús llegara y les dijera “Ajá, ¿no que me iban a matar?”
De acuerdo a lo que está escrito en el texto, Jesús se presenta ante sus seguidores, pero más allá del Gran acontecimiento de su resurrección, es importante que notemos y meditemos en su mensaje, ya que era un mensaje de Esperanza /De Paz y de Fe. Presentándose ante una comunidad temerosa ante lo que podrían hacerles las autoridades, habiendo experimentado la muerte de su líder, ¿Qué podrían esperar ellos, sino la misma suerte?... Pero Jesús resucitado, reafirma su mensaje, reafirma su misión… En otras palabras, Jesús se presenta ante sus seguidores y les dice: “Oigan, Esto no se ha terminado, esto aún comienza”; “No tengan miedo a lo que venga, sigan haciendo los que les enseñé”.
Personalmente creo que es un enorme reto experimentar una auténtica fe y una autentica paz cuando se vive en medio de un conflicto. Porque se ha enseñado una fe y una paz muy individualista. Sin embargo, creo que ese no es el mensaje de fe, ni de paz que Jesús enseñaba.
La paz se hace tangible a través del perdón, de la hospitalidad, de la solidaridad con todos los seres humanos, porque no hay paz verdadera donde algunos carecen todavía de espacio para vivir y para expresarse. Entonces, la paz surge del perdón, porque pone al ser humano en la opción de perdonarse mutuamente las propias deudas, las tensiones y los conflictos, en vez de ser un obstáculo, son pasos hacia adelante para todas y todos aquellos que participamos de una fe cristiana.
En enero de 1967 el Papa Pablo VI decía que:
Se trabaja por la paz cuando se camina hacia el bienestar de la humanidad entera: el que obra por la paz es cosmopolita, participa de toda acción de paz, ya que cualquier paz es también la suya, lo mismo que todas las familias son su familia y todo hermano asesinado o toda hermana violentada es su hermano y su hermana. Los ciudadanos tienen que preocuparse del bien de toda la familia humana y no por los intereses nacionales. El deber del ciudadano no puede separarse de su misión cristiana. "La paz no es pacifismo, no esconde una concepción vil y perezosa de la vida, sino que proclama los más altos y universales valores de la vida: la verdad, la justicia, la libertad, el amor"
Ahora bien, Durante los años que Jesús acompañó a sus discípulos, les habló del Reino y de Dios. Frente a la imagen de un Dios arrogante y vengativo, justiciero y castigador, les hablaba de un Dios de misericordia y amor que desea la felicidad y la libertad de todos y todas. Habían visto como se acercaba a todas las personas, pero que tenía un especial cariño para los más necesitados, los oprimidos, los abandonados. Hablaba de la justicia y de compartir los bienes de la tierra. Les había enseñado que vale más servir y amar que dominar, poseer y controlar. Evidentemente el mensaje que Jesús anunciaba era de paz; y cuando Jesús se presenta ante sus discípulos, lo primero que hace es desearles la paz, les dice: “Paz a ustedes”. El texto nos dice en 3 ocasiones que Jesús proclama Paz a sus discípulos. Y tomemos en cuenta que más allá de un simple saludo, la palabra PAZ en ese contexto era demasiado valiosa.
Entonces, Aquellos que habían visto cómo la violencia y el odio destruían la vida de Jesús y el sueño de su proyecto. Estaban viendo ahora, con la resurrección, cómo el poder de Dios era capaz de crear Vida y crear Paz. Estaban tomando fuerza dentro de un ambiente de incertidumbre.
Hoy en día, en un país como Guatemala, vivimos en una sociedad de incertidumbre, donde salimos de casa sin saber si regresamos, en donde vemos que la corrupción queda impune, y donde el más pobre es el que tiene mayor desventaja. Me pregunto yo, En medio de esa incertidumbre, ¿Es posible ser portador de paz? ¿Es posible mantener mi fe?... Será posible mantener la esperanza de tener una sociedad mejor.
En medio de una crisis política en Guatemala, en medio de una violencia insoportable, Vuelvo a preguntarme: ¿La iglesia cristiana, o el mensaje cristiano transmite paz o promueve una autentica paz? Porque mientras muchas iglesias hablan de pactos, de promesas, de prosperidad económica, de actos sobrenaturales, de una relación personal e individual con Jesús, existe un pueblo que está tocando fondo, temeroso de un mañana, desilusionado de una paz utópica y un pueblo frustrado por tantas promesas falsas.
Estas son algunas noticias en medios de comunicación online:
(1)Centroamérica: siguen asesinando líderes indígenas y nuestras sociedades permanecen mudas- // En Centroamérica, los pueblos indígenas siguen siendo los más vulnerables. Líderes indígenas son asesinados por ejercer la defensa de sus territorios. La región está sangrando y demanda que se alcen voces para exigir con vehemencia la protección de los pueblos indígenas y sus líderes.
(2)El pasado 25 de marzo, en un predio baldío en Huehuetenango, hallaron el cuerpo sin vida de José Roberto Díaz de tan sólo 18 años de edad, golpeado y con insultos grabados en la piel, dirigidos a su orientación sexual. La nota dice que En Guatemala, cada dos días una persona de la población LGBTIQ es víctima de un crimen de odio.
(3)Tres mujeres fueron brutalmente asesinadas y sus cuerpos fueron hallados en Petén. Desaparecieron en Semana Santa y se presume que un "amigo" las habría asesinado.
Conocemos bien la realidad social en la que vivimos; estamos conscientes de que vivimos en una sociedad muy religiosa, pero peligrosa porque calla ante este tipo de realidades. Lastimosamente son pocos los mensajes de paz, de justicia y de derechos que se difunden o enseñan en las comunidades de fe, así como para la sociedad en general. A veces, son mensajes de rechazo o de odio, maquillados de amor cristiano. Al parecer, el mensaje del Resucitado no se está transmitiendo apropiadamente. Jesús les dijo: Así como el Padre me envió a mí, así mismo les envío yo a ustedes… Y Jesús tuvo la misión de mantener su voz profética en medio de una sociedad enferma por las injusticias, por la corrupción y por la discriminación.
Esa voz profética a lo largo de los años, en algunos sectores cristianos, (casi en todos diría yo), ha sido relegada meramente a lo espiritual y a lo eclesial, por esa razón, aún se escuchan voces decir ante los temas sociales y políticos de una nación: “¿para qué se mete en esto la Iglesia?”. Porque esperan solo un discurso espiritual, motivacional, y se les olvida que la iglesia tiene un compromiso, una misión que cumplir en el ordenamiento de la sociedad, que incluye los valores éticos y cristianos.
Pero cómo ser esa voz en una sociedad donde el Evangelio ha sido tan manipulado, mercantilizado y utilizado para intereses de pequeños reinos. Es aquí entonces donde la comunidad de fe parece no creíble.
El texto del Ev. de Juan nos dice que Jesús no solo se presenta a los discípulos reunidos en la habitación, sino también una semana después a Tomás, un personaje que se ha utilizado para señalar la incredulidad, sin embargo eso está muy lejos de ser verdad.
¿Alguna vez se han dado cuenta de que Tomás nunca duda del Jesús resucitado? Tomás duda de la palabra y el testimonio de la comunidad, o sea, de sus compañeros. Cuando el Resucitado regresa una semana después, Tomás se llena de fe, porque confiesa: “Señor mío y Dios mío”.
Tomás simple y sencillamente no encuentra en sus amigos una comunidad creíble. Hay algo que a Tomás no le cuadra. Podría ser que Tomas pensara ¿Por qué siguen encerrados en la habitación, si realmente Jesús ha resucitado? Si la alegría de la notica es verdadera, ¿Por qué no puedo notarla en sus rostros? De modo que Tomás les dice, en otras palabras, “Ustedes no me parecen creíbles”. Tomás no pudo leer la presencia del Jesús Resucitado en el rostro de sus amigos…
Me pregunto: ¿Qué es lo que podrían leer en nuestros rostros?
Y Aquí viene nuestro reto:
Vernos como una comunidad creíble, una comunidad que vive el proyecto del reino y una comunidad portadora de una autentica Paz. Que lean en nuestros rostros, la verdad, la justicia, la libertad, el amor y la Paz.