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El individualismo en tiempos del coronavirus: ¿Acaso soy yo el que debe cuidar a mi hermano?


“No hay que lamentarnos por la muerte, como no hay que lamentarse por una flor que crece. Lo terrible no es la muerte, sino las vidas que la gente vive o no vive hasta su muerte”. Charles Bokowski

Todas las civilizaciones de la antigüedad, hasta donde se tiene documentado, han sufrido en diversas ocasiones los azotes de enfermedades epidémicas. De hecho han jugado un papel muy importante en la historia. Todas ellas, han mostrado de alguna forma un distintivo en común, que es la forma en cómo abordaron el problema, la cual podemos observar a partir de tres elementos: (1) Elaborar diferentes estrategias de carácter mítico- religioso, con el fin de aplacar a los dioses y fuerzas sobrenaturales. (2) Hasta donde la cultura o civilización lo permitía, se trató de utilizar el conocimiento científico a través del trabajo profesional de los médicos o su equivalente en cada cultura. (3) El poder público, es decir, las medidas que una población ha de tomar para detener dicha epidemia.

Hoy en día, en pleno siglo XXI nos enfrentamos una vez más a una pandemia, a una posible destrucción social, pero a su vez, también a una posible reconstrucción de la sociedad. Difícilmente el comportamiento social siga siendo el mismo después de un fenómeno como éste, por lo menos no en América Latina y el Caribe. Pero me parece curioso que los 3 elementos de comportamiento vistos a través de la historia, se observan nuevamente ahora, y quizá existan otras que no he podido contemplar, pero, quiero detenerme en la que surge mayor interés para mi profesión, y me refiero a “las estrategias mítico-religiosas para aplacar a un ser divino por el castigo divino”.

Hay que tener en cuenta que desde tiempos muy antiguos, las sociedades tenían la creencia que los dioses provocan enfermedades cuando ciertos pueblos merecían un castigo. Un relato histórico-cultural para ejemplificar dicha situación y explicar el comportamiento humano desde la mitología griega, es una epidemia mortífera en el año 430 a. C.

Según la mitología griega, Zeus raptó a Egina y para escapar de la furia de Hera, su mujer, la llevó a la isla de Enone, (hoy Egina), donde con ella concibió a Éaco. Al darse cuenta de la infidelidad, Hera envió una terrible enfermedad que exterminó la población de la isla. Ahora bien, la explicación mitológica corresponde a un hecho real, conocida como la plaga de Atenas, en la que murieron 150.000 personas.


Puede tenerse también en cuenta la peste que castigó al pueblo hebreo y que igualmente interpretaron como el castigo divino por los pecados cometidos por el rey David. Esta historia la podemos encontrar relatada en el libro de 1 Crónicas 21. Estos ejemplos nos demuestran que los sucesos mítico-religiosos han emergido a lo largo de los años con sus peculiaridades, pero con el fin de buscar una solución al problema y una posible sanidad física. El ser humano y la divinidad han estado estrechamente ligados desde tiempos muy remotos, ha sido el mismo ser humano, al parecer como algo innato, quien se aferra a algo y cree en algo.


En los últimos días he podido observar en redes sociales algunos comentarios o posts, provenientes de personas religiosas, donde señalan que la situación que actualmente atraviesa el mundo entero por la pandemia del COVID 19, se debe a un castigo divino por diversas razones que el mundo está desobedeciendo, razones morales por cierto. Sugieren ellos temas como por ejemplo, el desborde de la homosexualidad, el aborto, el feminismo, matrimonio igualitario, entre otros, que serían los causantes de dicha crisis mundial.


Ahora bien, curiosamente en ninguno de esos comentarios se menciona temas como, la corrupción, la violencia intrafamiliar, el abuso y violaciones de menores, la pobreza y desigualdad social, no; no se menciona absolutamente nada sobre esos temas, pues pareciera que a Dios sólo le interesan los temas morales y no los que aquejan a la mayoría de la población mundial.

El dilema se mantiene cuando surgen interrogantes como, por qué con tantos casos injustos a nivel social, que de hecho la misma Biblia amonesta, los cristianos no levantan plegarias, o por ejemplo los políticos no piden oración ni ayuno ante la cantidad de violaciones a niñas, ante la explotación laboral que es demasiado cruel, ante la pobreza y desnutrición crónica de la niñez. De hecho, en Guatemala el 49,8% de los niños sufre desnutrición crónica". La UNICEF dice que:


"La desnutrición crónica en Guatemala es un asunto preocupante. Afecta a uno de cada dos niños menores de cinco años. Pese a la gravedad del asunto, se trata de un tema que pasa desapercibido para la población en general, incluso para los familiares de los que la padecen".

Cuando en América Latina comenzaron los primeros casos de coronavirus, algunos líderes religiosos y políticos levantaron las voces demandando elevar plegarias o hacer algunas prácticas para pedir protección divina. No mal interpreten mi discurso, no estoy en contra de dichas prácticas, ni es mi intensión criticar la forma de actuar de algunos cristianos o políticos, no en lo absoluto. Al contrario, sería bueno que lo hicieran y no sólo para temas que ellos consideran los correctos, porque no se dan cuenta que se les escapa otros temas mucho más importantes.

Entonces, prosiguiendo con la temática, ¿Es Dios quien ha provocado esta pandemia? ¿Estamos pagando el castigo por algún tema ético-moral? ¿Debemos pedirle a Dios que detenga su castigo como se enseña en algunas religiones?, y me quiero atrever a tocar algunas fibras con otra interrogante, ¿Será que con estos rituales o prácticas religiosas las cosas realmente cambiarán?, O simple y sencillamente es una enfermedad que se descontroló y ahora aqueja a todo el mundo porque ningún país estaba preparado para algo tan grave.


Algunas instituciones religiosas y de gobierno de diferentes países, al verse frente a la rápida expansión del coronavirus, comenzaron una campaña seudocristiana, sugiriendo a la población llevar a cabo algunas prácticas religiosas. En San José Costa Rica por ejemplo, sobrevolaron en helicóptero y avioneta la imagen de la virgen de Los Ángeles con el fin de dar esperanza en este tiempo de emergencia por el avance del coronavirus COVID 19. Así mismo, en Colombia el presidente pidió a la virgen de Chiquinquirá, proteger al país. En El Salvador el presidente en cadena nacional pidió a la ciudadanía cristiana que alzaran plegarias a Dios para protegerles de la pandemia. Y finalmente en Guatemala el presidente de la republica instó a la población a tener un día de ayuno y oración, pidiendo por la situación del coronavirus en el país.


A veces leo o escucho a personas decir que en los momentos difíciles las personas se arrodillan y claman a Dios. Pero, perdónenme, la situación difícil la vivimos a diario, hay peores epidemias sociales que nos atacan diariamente. En un país como Guatemala donde la corrupción política es tan, pero tan elevada y descarada, no creo que ningún virus, que por cierto no es consciente del daño, produzca más maldad y caos, que un grupo de políticos conscientes dirigiendo las leyes del país.


De qué sirve que presidentes o políticos pidan oraciones y ayuno, si con la intención que dirigen el país no es para favorecer a los más necesitados, sino todo lo contrario, para beneficiar a la oligarquía, a los grandes empresarios y millonarios del país. Es inhumano que en Guatemala mientras estamos viviendo un tiempo de emergencia, de calamidad y angustia, el congreso de la república se reúna en horas de la madrugada para apoyar leyes que no benefician a la población. Pareciera una manada de lobos esperando atacar a su presa.


¿Cómo es posible que acá en Guatemala se hayan tardado tanto en aprobar una ley para congelar los pagos de luz, agua, telefonía e internet por este tiempo de emergencia?, Pero sí estuvieron dispuestos a aprobar una ley que busca exonerar nuevas empresas del impuesto por 100 años. Gracias a unos pocos diputados que literalmente se levantaron contra esa propuesta y a que algunos sectores de la población pudieron evidenciar esa estrategia “diabólica”, se logró detener. Sin embargo, no se van a quedar de brazos cruzados y por lo que han demostrado en el congreso, irán tras su objetivo. Haciendo negocios con el miedo y la crisis del pueblo.

Entonces me pregunto yo, ¿Dónde están los religiosos que dicen que la pandemia es un castigo de Dios? ¿Por qué no elevan sus plegarias para que estos diputados y el mismo presidente demuestren su compasión hacia un pueblo angustiado? ¿Por qué no piden un ayuno para detener la corrupción que diariamente nos afecta? No cristianos, no se equivoquen, Jesús señaló lo incorrecto, defendió a los más vulnerables, defendió los derechos de las personas que no lo tenían, señalo la corrupción, pero sobre todo demostró el amor con sus acciones, no anduvo por las calles predicando de temas morales, acusando y rechazando.

Si crees que Dios está castigando la tierra por algo,(aunque yo no lo creo así), creo que en todo caso, cualquier divinidad lo haría por algo tan obvio como la corrupción, la pobreza, por falta de alimentos, por las injusticias sociales, por la desigualdad de derechos, etc. No cristiano no te equivoques, Dios no es un moralista, es más que eso.


Antes de ponerse a rezar, llevar estatuas por el pueblo o ayunar, mira la necesidad real, mira los problemas reales de tu país, mira a tu alrededor, mira a tu vecino, a tu prójimo, porque en este tiempo de cuarentena, en esta etapa en la que más y más casos de coronavirus irán surgiendo, y la economía de muchos cayendo; habrá personas que no tendrán que comer, habrá muchos a quienes se les acumulará deudas, muchos que tendrán que salir a las calles por el pan diario exponiéndose a contagios, y seguramente algunos morirán. Entonces sé objetivo, mira a tu alrededor, ese es Dios, no necesitas hacer grandes rituales, necesitas demostrar compasión, no necesitas grandes plegarias, necesitas actuar con justicia. Ahora tú político, no te equivoques, no uses el nombre de Dios para tus intereses.


Observo diariamente tantas noticias alrededor del mundo, muchas de ellas llenas de tristeza por tanta muerte y sufrimiento. Sin embargo otras me dejan un sabor amargo por el comportamiento del ser humano frente a la pandemia, porque no podemos negar que el coronavirus vino a cambiar los hábitos personales. Pero más allá de la higiene personal o distanciamiento social, se ha evidenciado actitudes casi inhumanas en algunas personas, y basta con ir al supermercado para darse cuenta, o bien mirar las noticias.

Por mencionar algunos ejemplos, el empresario estadounidense David Geffen, se refugió en su megayate y desde el Caribe publicó: “...Aislado evitando el virus. Espero que todos se encuentren a salvo”, un magnate de 77 años con una fortuna de alrededor de 7.600 millones de dólares. El presidente Trump pide prohibir la exportación de material médico para combatir el coronavirus. Y el mismo Trump en medio de una crisis mundial pone precio a la cabeza del presidente de Venezuela; cuando su principal objetivo y todos sus esfuerzos deberían estar en proteger de esta pandemia a su nación. Por otro lado, el rey de Tailandia viajo a Alemania, y a pesar de las restricciones hoteleras por el coronavirus, reservó un hotel completo para pasar junto a sus 20 concubinas el tiempo de emergencia. Se podría mencionar algún otro caso, pero la idea creo que es evidente.


También algunos casos publicados, han evidenciado el estrés, la ansiedad y la falta de juicio de algunas personas. Por ejemplo el de un enfermero que mató a una estudiante de medicina porque creyó que lo había contagiado de coronavirus. Los abusos sexuales dentro del hogar también han tenido un incremento en diferentes partes del mundo. Es lamentable leer la terrible discriminación que está sufriendo el personal médico en varios países donde ellos están al frente de la batalla. Es preocupante el comportamiento social frente a esta pandemia, es triste observar que el aislamiento y el distanciamiento social, está volviendo al ser humano en una máquina, en un ser sin sentimientos. Parece que algunos filósofos y sociólogos no estaban tan equivocados.


Cuando atravieso por alguna situación en mi vida, no puedo dejar de ver todo a través de los lentes de la teología. Así que hay un relato bíblico que me fascina. En el Antiguo Testamento se habla de los famosos hermanos Caín y Abel. La historia cuenta que un día Caín le dijo a su hermano Abel que salieran al campo y cuando ambos estaban por el campo caminando, Caín se alzó contra su hermano y le mató. De ahí surge una frase impactante que puede contextualizarse para esta situación de desinterés social, desamor, odio, violencia e injusticias.

El Señor le preguntó a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel? No lo sé – respondió- . ¿Acaso soy yo el que debe cuidar a mi hermano? Génesis 4:8 (NVI) En medio de la pandemia del coronavirus habría que reflexionar sobre la respuesta de Abel ante el desinterés por la vida de su hermano, nada distinto a lo que ahora se está viviendo. Casi escucho decir muchos a políticos, líderes religiosos, grandes empresarios y diferentes personas en la sociedad, ¿Acaso soy yo el que debe cuidar a mi prójimo?

Reflexionemos en algo. Los que tienen posibilidad de ir al supermercado, no acapares todo, no lleves solo por llevar, es ahí donde demuestras tu desinterés social. Si tienes negocio, no alteres los precios, es ahí donde demuestras tu falta de compasión. Eres tú empresario, no obligues salir a tus empleados de sus casas, busca soluciones, ahí pondrás en práctica la justicia. No cristiano no te equivoques; No político, no te equivoques, aprendamos de la misma historia y de la vida de Jesús. Al salir de esta emergencia sé un mejor ciudadano y un cristiano diferente, no seas el mismo, no tienes por qué aceptar las ideas de los demás, pero sí buscar justicia para los demás. ¿Cuál será el comportamiento social después del coronavirus? Espero que la mayoría seamos mejores.


Parafraseando las palabras de Martin Luther King: “O aprendemos a vivir todos juntos como hermanos o morimos todos juntos como idiotas”.

Publio Ovidio Nasón, Ovidio, poeta romano, que vivió entre el año 43 y 17 a.C, relata en su obra, "Las metamorfosis", esta peste mitológica. https://www.biblioteca.org.ar/libros/89549.pdf

UNICEF, https://www.unicef.es/noticia/en-guatemala-el-498-de-los-ninos-sufre-desnutricion-cronica-maria-claudia-santizo-oficial

Avioneta y helicóptero para la negrita. Franklin Arroyo. https://www.lateja.cr/nacional/coronavirus-negrita-sobrevolara-el-pais-este-fin/4FELOXUPF5BT7PQRESVERPGSZM/story/

https://www.aciprensa.com/noticias/presidente-pide-a-la-virgen-maria-proteger-a-colombia-del-coronavirus-34365

https://www.publinews.gt/gt/noticias/2020/03/16/giammattei-dia-de-ayuno-coronavirus.html

Leandro Casal, https://www.canalantigua.tv/coronavirus-la-polemica-publicacion-de-un-multimillonario-que-desato-una-ola-de-criticas/

https://www.elpais.cr/2020/04/03/trump-prohibe-exportar-suministros-medicos-esenciales-para-hacer-frente-al-covid-19/

https://www.elespanol.com/mundo/20200326/trump-incluira-venezuela-lista-paises-promueven-terrorismo/477703107_0.html

https://www.elmundo.es/viajes/europa/2020/04/01/5e839b5ffdddff2c1b8b4583.html

https://www.guatevision.com/internacionales/enfermero-mata-a-estudiante-de-medicina-porque-creyo-que-lo-habia-contagiado-de-coronavirus

En cuarentena con mi abusador, https://www.bbc.com/mundo/noticias-52104880

http://www.rfi.fr/es/francia/20200330-crece-la-discriminaci%C3%B3n-hacia-el-personal-m%C3%A9dico-en-francia; https://www.telemundo.com/noticias/2020/04/01/enfermeras-denuncian-en-mexico-que-sufren-agresiones-y-discriminacion-por-miedo-al-tmna3734122

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